Sentir cómo la realidad se deforma. Cómo el mundo se
desdobla y da lugar a psicodelias enriquecedoras de sentidos que se supone que
no existen.
El cuerpo demuestra ser más que un simple envase del consiente.
Demuestra propiamente que es. Demuestra que los sentimientos y las emociones de
nuestra vida durante años lo construyeron segundo a segundo como a un robot
diseñado desde sus átomos.
La energía entra por los oídos, como el combustible entra a
una máquina industrial, para que con la materia prima de nuestras experiencias
demos forma a una creación única e irrepetible.. Instantánea,
una formulación
imperfecta pero exacta crea una historia nueva, hecha por la combinación de
diferentes ingredientes aleatorios de lo vivido desde cada uno de los diferentes
sentidos. Una amalgama nueva pero no inventada, como el exacto reflejo de uno
mismo en un espejo quebrado en miles de pedazos que no distingue tiempos.
Lo pactado se ve traicionado por lo inocultable. El cuerpo
brota, se libera, fluye, baila. La fórmula química deforma el envase. El alma
supuesta inexistente se deja ver. La luz nos muestra por primera y única vez
las galaxias ocultas que no alcanzan los telescopios. Un paisaje se crea en
vivo latido tras latido, beat por beat y aparece el inevitable éxtasis creador
de la belleza inédita. Arte, bienvenida al mundo.
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